Consigue tener una comunicación abierta y sana

con tus adolescentes.

Descubre qué decir y cómo para que la relación padre-hijo fluya y no aparezca la desconexión emocional.

¿Te imaginas llegar a casa y sentir que conectas bien con los “más jóvenes” del núcleo familiar?

Es una situación que muchos padres ven imposible, porque su realidad es otra muy distinta.

Te pongo 3 ejemplos, aunque los hay infinitos:


1. "Todo el día igual, es imposible hablar contigo y entender quá te pasa por la cabeza".


2. “No me haces caso cuando te intento explicar algo... ¡Qué gasto de energía!”.

3. “Vas a hacer lo que yo te diga y punto, porque aquí mando yo”.


Educar a un hijo es un trabajo que requiere compromiso, paciencia y herramientas que, lamentablemente, la sociedad no te suele brindar.


Y claro, en vez de estar relajado, la mayor parte del tiempo, lo que de verdad notas es una madeja con un nudo que no sabes cómo desenredar.

Estás en una situación en la que solo el hecho de intentarlo se te hace un mundo, porque... ¡Ser padre se aprende sobre la marcha!

Y hay veces que lo haces estupendo, pero otras, la cagada es gorda.

¡No te preocupes!
Y comienza por el principio.
Sin atajos, despacio y con buena letra.

Mira, si has llegado hasta aquí, es porque te resuena, y es doloroso, pero tiene solución.

Eso sí, primero pon distancia para ver desde fuera qué ocurre y en qué momento se formó este nudo tan horrible.

Puede que te cueste, y para eso estoy aquí, porque la idea es ayudarte a reconectar de nuevo con tu hijo.


Que cuente contigo y que tú cuentes con él.

¡Sí, Vir... me encantaría que mi relación cambiara a mejor!


Entonces, deja aquí lo que tú y yo sabemos y aparte del regalo, te mandaré un correo semanal, donde no te prometo el oro.


Te prometo:

→ Historias reales.


Con las que puedo orientarte gracias a mi experiencia como madre, profesora y mentora. 😉

¿Quién soy?


Me llamo Virginia Galiano soy madre de 3 adolescentes, profesora,

mentora,

coordinadora

y coach.


Como ves tengo una amplia experiencia con el trato de chavales de entre 12-18 años y eso ha hecho que desarrolle una metodología comprobada que te sirva con tu adolescente.


Se llama,

¡Adolescencia sin nudos!


Y en ella están las técnicas que he utilizado y utilizo en mi día a día.


¡Va muy bien y mejor aún, funciona!

Te propongo que te apoyes en mí y te proporcionaré herramientas:


- Para comprender lo que está pasando en ese momento y en general.

- Para que sepas cuándo tienes que actuar y en qué grado.

- Para que sepas hacerte entender sin que te cueste la energía del mes.


Y sobre todo, para volver a conectar con tu adolescente y acabar con ese sentimiento de que se está alejando demasiado o le estás perdiendo.


Sin temor a volver a casa del trabajo.